Vetas y California hacen parte de la Provincia de Soto (departamento de Santander) y constituyen un distrito minero de vieja data. La minería de oro en esta zona ha sido
primordialmente de subsistencia, aunque ha sido explotada intermitentemente por
pequeñas empresas mineras de índole familiar y algunas extranjeras. Existen también reservas de cobre, plata, manganeso, y manifestaciones de molibdeno y uranio. En este distrito se estima una población minera de 500 a 600 empleos directos, de la cual gran parte ejerce la minería artesanal, representada por mineros independientes o pequeñas asociaciones de hecho que no poseen licencias o títulos.
Las condiciones socioeconómicas que rodean a esta zona son bastante precarias y la
minería se ha desarrollado con poca tecnología, debido en gran parte, a la histórica
ausencia del Estado. Vetas y California son pueblos mineros de tradición hace 50
años, pero poco a poco se han vendido las licencias para los proyectos de Gran
Minería. Esto ha generado conflictos por las condiciones desiguales de competencia
entre los extranjeros y los nativos, ya que mientras a un pequeño minero le dan 1 año
de prórroga, a las multinacionales les dan hasta 15 años de prorroga en la nueva
reforma del Código Minero.
Estas zonas altas de cordillera han constituido un importante corredor de movilidad
estratégico, en donde los grupos guerrilleros mantuvieron por muchos años su
control. Greystar llegó a la zona en 1995, para realizar la exploración extensiva de su
proyecto aurífero ?Angostura?, que se prolongó hasta el 2000, año en que, por
problemas de orden público con la guerrilla de las FARC-EP y el secuestro de algunos
funcionarios de una empresa contratista, la multinacional suspendió sus operaciones
y se retiró de la región. Sin embargo en 2003, Greystar reinició sus actividades en la
región, ampliando su programa de exploración y asegurando su consolidación
territorial en el distrito de Vetas-California. El proyecto Angostura, que se ubica en
medio de un ecosistema esencial de páramos y lagunas, proyecta un montaje a cielo
abierto de ?bajo costo? que comenzará construcción a principios de 2010 y
explotación a partir del 2011. Esta nueva incursión se articula con la actual política de ?seguridad democrática? del gobierno nacional que busca garantizar la inversión de
capital extranjero, lo cual se consolida con el actual Código Minero y la nueva reforma
legislativa en la materia. En sus presentaciones sobre Angostura, la empresa ha
caracterizado el proyecto como ?bien ubicado y en un ambiente político estable?
(política radical de derecha que apoya fuertemente al sector privado). De igual
manera, otras corporaciones canadienses como CVS Explorations, Galway
Resources y Barracuda, se han posicionado recientemente en el distrito minero
Vetas-California, haciendo trabajos de exploración.
En este momento, el megaproyecto Angostura tiene una propuesta de expansión hacia las zonas aledañas de tradición y arraigo campesino, tales como son los
municipios de Suratá, Charta, Tona, Mutiscua y Cucutilla, para lo cual la compañía ya
posee los títulos de concesión de más de 30 mil hectáreas en los departamentos de
Santander y Norte de Santander. Greystar afecta a la población de la región, por lo
menos, de 4 maneras: la trasnacional es cómplice del desplazamiento, la expropiación territorial y el reordenamiento poblacional que ha causado el conflicto armado y el control militar en la zona; la implementación de un modelo de desarrollo con base en la Gran Minería, sin importar la vocación socioeconómica de los municipios, desconoce los derechos de participación y libre determinación de los habitantes locales; el proyecto minero a gran escala significa la apropiación de los ecosistemas esenciales del ciclo de agua y, por lo tanto, amenaza el
derecho al ambiente sano en la región; el uso de prácticas indebidas por parte de la trasnacional atenta contra el derecho al trabajo y las condiciones de sustento y desarrollo endógeno de las comunidades locales.
El reordenamiento poblacional que ha causado el conflicto armado, el desplazamiento
y el abandono del campesinado ha resultado en un despojo del campo, lo cual es
evidente en los censos poblacionales de la zona que abarca el proyecto minero.
Testimonios constan que personas desconocidas (testaferros) están ofreciendo
?buenos precios? a las familias campesinas para comparar sus tierras, y muchos
aseguran que es para el desarrollo de grandes proyectos mineros. Seguramente, la
empresa multinacional es cómplice frente a esta difícil situación de desarraigo,
zozobra y desamparo en la población y aprovecha esta realidad para beneficiar sus
propios intereses. Greystar siente que necesita una amplia presencia militar y
guardaespaldas privados. La compañía ha apoyado logísticamente el establecimiento
de una base de seguridad en el área y parte del propósito de las tropas es asegurar la
viabilidad de la gran minería. Dentro del perímetro del proyecto de exploración
Angostura, existen dos campamentos militares: un campamento habitado por cerca
de 35 soldados en el sector Los Laches y un campamento habitado por 20 soldados
en el sector Escuela. Así, se ha podido constatar la colaboración existente entre la
multinacional y el ejército. De hecho, el retorno de la corporación Greystar a la zona
fue precedido por una operación militar nunca antes vista en Santander. El nuevo
escenario de riesgo para la población civil aparece con el interés de los grupos
armados ilegales por recuperar el control territorial y poblacional de esta zona por
medio de la violencia, lo cual tiene que ver con el reacomodamiento estratégico de los
frentes guerrilleros y la reagrupación de estructuras paramilitares en su intención de
controlar antiguos corredores de movilidad y apropiarse de la extracción de rentas de
actividades en la dinámica socioeconómica.
Greystar tiene una oficina de relaciones públicas en el municipio de California y ha
estrechado vínculos con la población en términos de educación, cultura, recreación y
deporte. Aunque más allá de este centro de operación, no se ha compartido ninguna
información con los pobladores de éste y otros municipios donde se tiene proyectado
el trabajo de exploración. Testimonios de estas comunidades perciben que la minería
es un ?monstruo? inminente, y que se encuentran con pocas alternativas y
herramientas para defender su cultura campesina, el agua y el territorio. En este
sentido, Greystar no contempla la posibilidad de que las comunidades campesinas
pueden vetar la actividad minera a gran escala en el área. La empresa ha logrado
aliarse con actores poderosos de la región como la Iglesia, creando convenios y
proyectos conjuntos durante varios años con la oficina de Pastoral Social en
Bucaramanga e impulsando iniciativas como fondos rotatorios, microempresas y
huertas agrícolas en la Provincia de Soto. A través de su ?Fundación Greystar?, por
medio de la cual ha canalizado recursos de cooperación con USAID, la transnacional
promueve otras iniciativas ?sociales? como la de mercados verdes (?organización
empresarial de base comunitaria?) con el apoyo de la autoridad ambiental CDMB. Sin
embargo, no hay un proceso de consulta real con la comunidades locales, pues la
empresa, con su política de no crear falsas expectativas, brinda poca información a
las comunidades sobre el alcance de su proyecto minero, mientras promueve
iniciativas sociales de ?corto-plazo? que son insuficientes para preparar a la
comunidad frente a los impactos que vienen. En otras palabras, la prioridad de la
empresa parece ser su búsqueda de condiciones de seguridad y ?aceptación social?
en la zona, aprovechando la escasa organización social y liderando la suya:
ASOCALIFORNIA, asociación que
agrupa a 80 mujeres.
Los cambios en la soberanía alimentaria y el abandono de la agricultura en la región
son evidentes. Antes la región era una gran despensa agrícola donde se cultivaba
trigo, cebada, papa, maíz, habas, frutas y hortalizas, pero ahora el testimonio de las
mismas comunidades da cuenta del desarraigo cultural por causa del desplazamiento
y la dependencia en la minería. Los californianos, por ejemplo, compran el mercado
en los camiones que vienen desde Bucaramanga (Capital de Santander) porque en
su pueblo no se produce suficiente comida para sostener a todos los habitantes.
Antes del desplazamiento de las familias campesinas, en el corregimiento de Turbay,
producían semanalmente 60 toneladas de fruta (curaba, tomate de árbol, lulo, mora)
que se vendía en diferentes plazas de mercado de la región. Es incuestionable que
Greystar tiene incidencia en las estructuras políticas de los gobiernos departamental y
municipal. En esta medida, es difícil que las autoridades municipales mantengan su
autonomía, por lo tanto, no pueden cumplir con las funciones de proteger los
derechos colectivos que le asignan las leyes. En el municipio de California, la
comunidad está políticamente dividida, y el control de futuras regalías puede agudizar
la corrupción y la politiquería local, lo cual cuenta con la complicidad del trabajo social
de la Alcaldía que está sujeto al mínimo y superfluo patrocinio de las empresas
multinacionales. La administración política departamental es otro adepto al
megaproyecto minero aunque su estatus de legitimidad sea puesto en duda por los
recientes escándalos de ?para-política? en que se han visto envueltos algunos de sus
miembros.
La cuenca del río Suratá es una de las fuentes principales de agua de Santander y su
aporte para el sistema de abastecimiento del acueducto del Área Metropolitana de
Bucaramanga, la cual alberga una población cercana a un millón de habitantes,
aporta el 55,3% del caudal mínimo. La cuenca del río Suratá abarca 700 km2 de la
zona montañosa de la cordillera oriental, y en las partes altas, la pendiente puede
alcanzar hasta 200 m/km, aspectos que acentúan la problemática de contaminación
por escorrentía, ya que la actividad minera del distrito Vetas-California genera
residuos que se vierten directamente sobre el cauce del Río Suratá. El proyecto
Angostura genera un impacto irreversible sobre una zona fundamental de recarga
hídrica (la microcuenca del río Vetas), la cual se rodea por un ecosistema esencial de
páramos. Este ecosistema es considerado como un corredor biológico, caracterizado
por una vegetación herbácea que aparece a una altitud que puede variar entre los
3000 y 3800 m.s.n.m. El estudio del Esquema de Ordenamiento Territorial (EOT) del
municipio de California propone un área potencial de 26,91 Km2 para uso de
protección absoluta por ser zonas de ecosistemas frágiles de páramo y bosques alto
andinos existentes, ubicados principalmente en las veredas La Baja y Angosturas.
Según INGEOMINAS, la producción en el distrito minero Vetas-California es mínima
comparada con la que se espera desarrollar. De ahí que surge la inquietud sobre la
magnitud de la producción de residuos esperados. Se ha informado que la GreyStar
producirá 12 toneladas anuales de oro, es decir, se pasará de unos pocos kilos a
12.000. Teniendo en cuenta que la minería artesanal ha generado graves problemas,
debe reflexionarse sobre cuál será el impacto de su megaproyecto a cielo abierto
sobre el páramo y el agua. Aún así, Greystar se proyecta como un modelo ?exitoso?
de responsabilidad social y ambiental frente a la embajada de su país, los ministerios,
los gobiernos regionales, los inversionistas y la comunidad internacional, lo cual
parece un pretexto político para consolidar la Gran Minería en ésta y otras regiones
similares de Colombia.
La Pequeña Minería es estigmatizada como una actividad irracional y contaminante
por parte de las autoridades
mineras nacionales, lo cual apunta al cierre definitivo y a
la declaración de ilegalidad esta forma de sobrevivencia. Según miembros de la
Asociación de Mineros de California (ASOMICAL), la Greystar amenaza con
desplazar a los pequeños mineros y no maneja políticas salariales justas. También
existen varias denuncias de los pequeños mineros que se relacionan con las
restricciones en el uso de la pólvora en los municipios de California y Vetas, lo cual
compromete la viabilidad de la pequeña minería y vulnera el derecho al trabajo.
Además se han tenido muchas dificultades y tropiezos con las autoridades para
legalizar la minería informal o de hecho en la zona. Los proyectos mineros en estos
municipios crean una dependencia económica total, opacando el surgimiento de otras
alternativas socio-económicas para la población. En el marco del proyecto Angostura,
la pequeña minería tiende necesariamente a desaparecer. Solamente, por el hecho
de la adquisición de las concesiones mineras, Greystar excluye la posibilidad de llevar
a cabo la pequeña minería en la región, y el pequeño minero se encuentra cada vez
con menos posibilidades laborales. Según Greystar, se están generando actualmente
el 85% de los empleos en California (alrededor de 500 personas vinculadas al
proceso de exploración), lo cual puede relativizarse, pues FESAMIN ha dicho que la
economía de este municipio siempre se ha mantenido gracias a la pequeña minería,
mientras la gran minería a cielo abierto es una actividad tecnificada que no requiere
tanto personal local y el empleo está sujeto a condiciones de contratación temporal y
a las fases de desarrollo financiero-productivo del proyecto aurífero. Como todos los
proyectos de gran minería, Angostura es un proyecto productivo limitado que busca
capitalizar sobre sus inversiones en el corto plazo, saqueando el patrimonio minero
regional y dejando una desastrosa huella ecológica. En comparación, una población
que deriva su sustento de la pequeña minería y de actividades agrícolas, podría
encontrar un nivel de sustentabilidad con el tiempo y garantizar condiciones de
bienestar por siglos a venir. Además, existen serias dudas sobre la capacidad y
solidez de Greystar para operar la etapa de explotación del proyecto Angostura,
particularmente en el momento actual de crisis financiera y restricción de acceso a
créditos. Podría especularse que la empresa está tratando de vender su proyecto de
exploración y su imagen de gestión social a una corporación multinacional más
grande, lo cual implicaría que Greystar no pueda cumplir con sus anunciados
compromisos sociales, laborales y ambientales en el futuro.
Greystar con el pasar los años se cambio su nombre ECO ORO MINERALS,
para seguir con el proyecto angostura, en donde el Banco Mundial, realizo una inversion
en este proyecto, tras las movilizaciones de los habitantes de los disititnos municipios de
Santander, lograron la delimitacion del paramo, ademas de una ley que prohibia la mineria en
estos ecosistemas del paìs en el año 2016, revocando los titulos mineros de ECO ORO
al igual que el banco mundial retirara su inversion del proyecto por las consecuencias que
causaria. Tras esto ECO ORO demando al gobierno colombiano por incumplimiento de
tratados de libre comercio(TLC) entre COLOMBIA Y CANADA, acusando de expropiación indirecta e
ilegal y trato injusto y no equitativo. Este territorio todavia sigue en la mira de
transnacionales para explotar oro, a manos de una transnacional de los Emirato arabe Minesa.