Descripción del conflicto minero:
Pejerreyes, comunidad ubicada en el kilómetro 26 de la Ruta D-43 Ovalle-La Serena. Es la muestra viva de la economía depredadora de este país. En 7 años, ha sido lugar para evidenciar la intención de desarrollo sin importar el costo en la naturaleza, las personas y, sobretodo, irrespetando a las comunidades como pilar fundamental de los sectores rurales o aledaños a las urbes. Primero, fue la construcción de la doble vía entre La Serena y Ovalle en la misma ruta D-43, afectando las fuentes de agua de Pejerreyes y sus comunidades cercanas. Ahora ultimo, es la instalación de un proyecto minero de capitales Chinos. «Nos afecta directamente nuestros estilos de vida, sistemas económicos y proyecciones futuras como comunidad. La aprobación de este proyecto es una lápida de muerte para nosotros», sentencian los pobladores.
¿En qué afecta, a la comunidad de Pejerreyes, el proyecto de Empresa Minera China CO? En el sector de emplazamiento de las obras de minería del proyecto, se encuentra la quebrada El Durazno, la que según múltiples estudios avalados por el SERNAGEOMIN, tiene índices elevados de Uranio —elemento absolutamente perjudicial para la salud humana, animal y vegetal—, sin contar con que en el sector se conserva un 80% de biodiversidad de especies protegidas. En este lugar se encuentra una falla tectónica, que será cubierta por un relave minero —depósito de desperdicios obtenidos de la refinación de mineral—. En palabras simples:
El uso de las aguas por parte de la empresa minera dejaría sin suministro a las comunidades aledañas al proyecto minero.
La ubicación del depósito de relaves mineros contaminaría a corto plazo las aguas aledañas al sector.
La ubicación del depósito de relave contaminaría, además, la captación de Aguas del valle para la ciudad de Ovalle, sector Los Peñones.
Las condiciones del viento local favorecen la contaminación por esparcimiento de material particulado.
El proyecto, que intenta conseguir su aprobación desde 2015 y que no ha sido admitido a tramitación en tres oportunidades, contempla una significativa ampliación de la capacidad de procesamiento de material de una planta que obtiene concentrados de cobre y que funciona desde 2013. De la alimentación de 4800 toneladas mensuales declaradas inicialmente, ahora esperan pasar a 60 mil, para lo que se requiere la construcción de un segundo depósito de relaves. El nivel de toxicidad de estos residuos representa una amenaza latente para la salud y el desarrollo social y productivo de la población, además de generar efectos adversos significativos sobre suelo, agua y aire. Los tranques de relaves están emplazados sobre una de las principales subcuencas de la comuna de Ovalle, denominada El Ingenio, que se extiende desde el norte de la comuna hasta la misma ciudad de Ovalle donde conecta con El Limarí. Esto significa que los potenciales riesgos de estos tóxicos no solo podrían afectar a Pejerreyes, sino que también al resto de la comuna.
Varias han sido las acciones que se han llevado a cabo en la comunidad, desde ir al Congreso a exponer las problemáticas, hasta realizar fuertes protestas cortando la conectividad de Ovalle y La Serena. La batalla aún no está ganada. La empresa China busca resquicios legales y se ampara en vacíos de la Ley de medioambiente; las autoridades no responden ante la preocupación y el evidente desamparo de las familias, que tienen como única fuente laboral la ganadería y agricultura, cuidando su valle, a su comunidad.
La comunidad tiene convicciones claras y está dispuesta a ir hasta las últimas consecuencias para no dejar morir su Valle, sea por el Estado y la construcción de carreteras, como por los privados y la extracción indiscriminada de materias primas, con impunidad absoluta y sin beneficio alguno, para los hijos e hijas de Pejerreyes y sus comunidades aledañas.
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