Descripción
La doble vida de Ron Mannix.El filántropo y destacado empresario canadiense, es el mayor accionista de la minera transnacional Infinito Gold, que se ocupade destruir el ambiente en Costa Rica, con la tala de casi 300 hectáreas de valioso bosque tropical, para construir una mina de oro a cielo abierto en Crucitas. Pero en su otro rol, la protección del ambiente, la educación, la salud, el arte, la música, los deportes, la libertad de prensa y la promulgación de valores éticos y morales en nuestra sociedad, entre otros, es una característica del propietario o mayor accionista de la transnacional.
Fuente: diario El País
San José, Costa Rica - 06/06/09. En Crucitas, cantón de San Carlos, provincia de Alajuela, en la región Huetar Norte de Costa Rica, a menos de tres kilómetros del internacional río San Juan, fronterizo con Nicaragua, Infinito Gold desarrolla innumerables esfuerzos para construir una mina de oro a cielo abierto a costa de la invaluable biodiversidad de la zona.
De acuerdo con información verificable en la red, Mannix es uno de los millonarios más reconocidos del Canadá y es miembro de una gran cantidad de fundaciones como Carty Foundation, Max Bell Foundation, Norlie Foundation, Scripps Foundation, Calgary International Organ Competition y Festival, entre otras, a las que entrega valioso aporte económico.
Información de interés público relacionada con la persona que es el mayor accionista, y prácticamente el dueño de Crucitas, muestra enormes contrastes entre su forma de hacer negocios en Canadá con los de su empresa en Costa Rica.
Ron Mannix., quien en el 2008 ocupó la posición número 11 entre los 100 hombres de negocios más ricos de Canadá, según la lista publicada por el Canadian Business Association, con una fortuna estimada en $2.83 billones.
Ron es hijo de Fred Mannix, uno de los hombres más ricos de esa nación del norte de América, quien amasó su fortuna en la industria de la construcción y de la minería del carbón.
Mientras Ron Mannix es un empresario reconocido y respetado en Canadá y en el mundo, donde incluso su padre Fred es miembro del Salón de la Fama de Hombres de Negocios, pero su compañía Industrias Infinito, propietaria del proyecto Crucitas, es el blanco de una serie de cuestionamientos jurídicos y éticos sobre cómo han dirigido y obtenido sus diferentes permisos de operación ante las autoridades costarricenses.
Hoy sus tres permisos principales están cuestionados ante la Sala Constitucional como la Conc