Descripción del conflicto minero:
El Proyecto Minero Crucitas explota más de trescientas hectáreas de bosque primario y secundario, contaminando el medio ambiente de la zona debido al uso y vertimiento de sustancias altamente tóxicas como cianuro, desconociendo el derecho ambiental internacional.
La intención de Infinito Gold, Inc. es explotar un millón de onzas de oro de un tajo a cielo abierto de 85 metros de profundidad. La autorización del proyecto no consideró medidas de protección ambiental verdaderamente estrictas, por lo cual el proyecto puede generar impactos severos en el Río San Juan, conocido por su rica biodiversidad de bosque lluvioso.
Crucitas comprende varias concesiones de exploración en San Carlos, a escasos kilómetros del Río San Juan. Allí se han encontrado dos concentraciones de oro: una en las cercanías de la comunidad de Crucitas y otra en Conchudita.
En 1998, después de una campaña de oposición protagonizada por grupos y comunidades de la zona norte, y en medio de una baja internacional en los precios del oro, Placer Dome anunció la venta del Proyecto Crucitas.
Según autoridades nicaragüenses Costa Rica violenta convenios de la región e internacionales al otorgar concesión minera Crucitas. El proyecto minero se ubica en la zona fronteriza, lo que ocasionaría daños irreversibles río San Juan y su ecosistema.
Costa Rica alcanzó una importante victoria para todo el país. La Sala I de la Corte confirmó la decisión del Tribunal Contencioso Administrativo (TCA), que el 24 de noviembre de 2010 dejó sin efecto la concesión minera de la transnacional canadiense Infinito Gold. Así, la explotación aurífera de la mina Crucitas, en Cutris de San Carlos, está definitivamente cancelada y la empresa será obligada a pagar indemnización por los perjuicios ambientales ocasionados. La cancelación de la concesión minera, luego de sentencias de la Sala I y del Tribunal Contencioso Administrativo en el 2010 y el 2011, le pone un candado legal a la extracción de oro de los cerros ubicados a cuatro kilómetros al sur del río San Juan, en el límite con Nicaragua.
La decisión de presentar una demanda judicial pidiendo la cancelación de la mina Crucitas fue de la Asociación Preservacionista de Flora y Fauna Silvestre (Apreflolas) y de la Asociación Unión Norte por la Vida (Unovida), que buscaban evitar que las investigaciones realizadas hace más de 20 años para implantar la mina se volvieran realidad. Después de esta iniciativa, muchas otras organizaciones ambientales, abogados, ambientalistas y medios de comunicación se unieron a la lucha contra la minería a cielo abierto.