Descripción
En el año 2004, los vecinos de San Carlos comenzaron a reunirse preocupados por la reciente actividad de prospección y exploración minera en cercanías de la reserva Laguna del Diamante. Algunos de estos vecinos habían realizado, ya desde 2003, tareas de acompañamiento a campo a los geólogos de la empresa, y por aquel entonces no percibieron a la actividad como riesgosa. Posteriormente, a través de viajes al sur de montañistas locales llegan noticias de lo acontecido en Esquel, y la posibilidad de tener cerca de las nacientes de agua un proyecto megaminero tomó otras connotaciones.