Descripción del conflicto minero:
Piquiá de Baixo es uno de los casos más graves de racismo ambiental y violaciones de derechos humanos en Brasil. En 2013, una campaña internacional lanzó una acción solidaria y de denuncia, para el reasentamiento urgente de la comunidad.
“Estoy cansada de aguantar este tren de minerales que pasa por delante de mi casa diez veces al día. Estoy cansada de escuchar que ese comboy de 330 vagones se lleva la riqueza de nuestra tierra y deja un rastro de atropellos y muertes: ¡una persona al mes! Estoy harta de los discursos de los “encorbatados” de la empresa: ellos aseguran que todo esto va a traer progreso, ¡pero para nosotros, aquí, todo está parado hace más de veinte años!”
Este es el desahogo de varias familias que viven en el área de influencia del pasillo Carajás (900 km de ferrocarril entre Maranhão y Pará, en el norte de Brasil).
Aquí, la empresa minera Vale S.A. domina la economía y controla la política regional, poseyendo las minas de hierro más ricas y abundantes del mundo, así como un sistema de logística impresionante (ferrocarriles y barcos).
Vale es la segunda mayor compañía minera del mundo, operando en 38 países y ha crecido 19 veces desde cuando una sospechosa operación de privatización dio este tesoro a los intereses privados. Pinta su imagen de verde y amarillo, alardeando su sostenibilidad y responsabilidad social con potentes medios de propaganda e influencia sobre los partidos políticos; por el contrario, los pueblos y comunidades de todo el mundo dan testimonio de los conflictos laborales (¡3.500 personas en Canadá se han enfrentado a la empresa con una huelga de poco más de un año!), la contaminación, los vertidos, la corrupción de las autoridades locales, hasta el uso de milicias para proteger sus intereses privados. En 2012, Vale fue elegida en votación a nivel internacional como “la peor empresa del mundo”
Fuente (https://blog-laicoscombonianos.es/2013/10/27/red-justicia-en-los-railes/)