Descripción del conflicto minero:
Inicialmente de propiedad del estado Peruano, la fundición La Oroya fue adquirida por la empresa Doe Run de procedencia norteamericano para seguirla operando a pesar de los problemas ambientales y de obsolescencia de la planta.
Ubicada al noreste de Lima y cercana a la mina Cerro de Pasco, la fundición ha generado graves daños al entorno por las emisiones contaminantes que contienen dióxido de azufre pero principalmente metales pesados. Contruída hace mas de 50 años, la fundición sigue en funcionamiento a pesar que ha sido declarada contaminante y peligrosa para la salud de la población de la localidad que lleva el mismo nombre.
La Oroya es considera una de las 10 localidades más contaminadas del planeta y a pesar de ello sigue funcionando sin dar muestras de interés por los daños causados al entorno y la población.
Uno de los problemas más graves dice relación con la contaminación por metales pesados, especialmente plomo cuyo nivel en la sangre de la población y particularmente los niños, supera con creces los índices peligrosos determinados por la OMS. Estudios realizados en el sitio, señalan que el 97% de los niños y niñas de entre 6 meses y 6 años, y el 98% de los infantes que tienen de 7 a 12 años, presenta aún hoy niveles elevados de plomo en la sangre. El porcentaje llega al 100% en La Oroya Antigua, la zona de la ciudad más próxima al complejo (Fondo Internacional de los Derechos Humanos, 2013).
Varias sanciones ha recibido la empresa por parte del Estado sin embargo ha seguido funcionando y evadiendo su obligación de cumplir con la normativa vigente en el país.
No solamente funde el mineral polimetálico procedente de la mina Cerro de Pasco. También funde otros minerales que por motivos ambientales no son fundidos en otros países. Ello eleva la peligrosidad de la operación de la fundición. A pesar de los altos índices de contaminación, la población de La Oroya busca que la empresa eleve sus estándares ambientales. Hay grupos que exigen el cierre de la fundición, sin embargo hay mano de obra de la localidad que esta comprometida con las faenas de la fundición, lo que hace más difícil pedir la erradicación de la planta fundidora.
La gravedad de la contaminación ha generado varias acciones por parte de organizaciones ambientales peruanas entre las que se destaca la formación de una mesa técnica que ayude a buscar soluciones al problema, pero principalmente que apoye la acción de la comunidad en defensa de sus derechos. En el año 2009 el gobierno decidió paralizar las operaciones del complejo metalúrgico de La Oroya, por incumplimiento financiero y ambiental de su operador, la estadounidense Doe Run.
A la fecha, los activos de Doe Run Perú, empresa en liquidación, todavía no han sido vendidos. Se programaron tres fechas de subasta para cada unidad productiva. La mina Cobriza fue subastada el 1 y 15 de marzo y 2 de abril, y el Complejo Metalúrgico La Oroya el 8 y 22 de marzo y el 9 de abril. En ambos casos la subasta se declaró desierta. La fallida subasta de los activos de Doe Run, a inicios de agosto, habría precipitado que el administrador concursal, Profit, decidiera cerrar las operaciones de la mina Cobriza (Huancavelica) el 17 de agosto del 2015. La producción de esta mina financia el salario de 2.400 trabajadores de la refinería de La Oroya.