Desde las estribaciones de este páramo nacen 4 importantes afluentes para toda una región productiva y de vida silvestre. Por el lado de Saraguro nace el río Llaco que llega a La Papaya y desemboca en el río Jubones, por el lado de Loja nace el río Guayabal; en El Oro nace el río San Luis que va para Portovelo. Sectores que requieren de muchos canales de riego para mantener su producción agrícola y ganadera. En cuanto a especies de flora y fauna la riqueza es incalculable y que los estudios de impacto ambiental no recogen la realidad ni el valor de lo que significa una reserva de páramo como Fierro Urco. Dirigentes de sistemas de riego, de juntas parroquiales, deportistas y hasta sectores religiosos están preocupados de los impactos ambientales que va a generar la minería a gran escala en el nudo de Guagrahuma. En declaraciones para este medio de comunicación, Franco Angamarca, presidente del Gobierno Parroquial de Gualel sostiene que “esto ha sido una lucha histórica de los pueblos, estamos todos unidos en ese propósito que se pueda precautelar los intereses de las parroquias sobre todo el sector noroccidental donde se produce agua, que es una de las fuentes hídricas más importantes de cuenca internacional Catamayo-Chira” Expertos en materia ambiental sostienen que los impactos son inevitables a pesar de la tecnología que se pueda utilizar y que se requiere el aporte de varios sectores para que los impactos no sean mayores. La academia es uno de los sectores que poco y nada se han pronunciado ni discutido sobre las concesiones mineras en Fierro Urco. De la misma forma que no se respetan ni acatan los requerimientos constitucionales de la Consulta Previa a la población y tampoco se garantiza los derechos de la naturaleza reconocidos en la Constitución de 2008.(I).(WMM).