Descripción del conflicto minero:
En los años '60 fue fundada en la localidad de Santo Amaro (Bahia) la Companhia Brasileira de Chumbo (COBRAC) que actualmente es parte del grupo Trevo y denominada minera Plumbum explotó por más de 30 años plomo en las minas Galena y Cerusita en la zona de Boquira y que eran transformados en lingotes de plomo en Santo Amaro, convirtiendo a estos poblados en los más contaminados del mundo por este tóxico mineral. Esta empresa produjo y depositó 490 mil toneladas de material contaminado por metales como plomo y cadmio provocando así graves daños irreversibles en los habitantes aledaños.
Durante varios años se realizaron varios estudios que se centraron en los niveles de contaminación por plomo y cadmio en los ecosistemas locales y en las poblaciones locales donde se asocia la explotación de estos minerales con alteraciones del sistema psicomotor en los niños, reducción del crecimiento, disminución del coeficiente intelectual y de la audición, problemas renales y anemia entre otros. Al respecto, el Departamento de Medicina Preventiva de la Universidad Federal de Bahía (UFBA) comprobó que la población de estos municipios está contaminada por estos minerales en la sangre por encima de los niveles que permite la Organización Mundial de la Salud. Durante los más de treinta años que funcionaron estas plantas COBRAC vertió gigantescas cantidades de desechos de plomo y cadmio en el agua, atmósfera y en los suelos, cesando sus actividades en el año 1993, donde fueron donadas una parte importante de las escorias al gobierno local y a la población las que se utilizaron para reparar y construir casas, escuelas, calles, lo que perpetuó la contaminación por estos elementos tóxicos.
Posterior al cierre de la planta son diversas las organizaciones que luchan denunciando los fuertes impactos en la salud de la población y en los ecosistemas locales exigiendo compensaciones y demandando a la empresa, como son la Asociación de Víctimas de Contaminación por Plomo, cadmio, mercurio y otros elementos químicos (AVICCA por sus siglas en portugués), y la Asociación Cultural de Preservación del Patrimonio (ACBANTU), la ONG Amigos do Futuro entre otras.
La empresa ha recibido condenas por la contaminación generada en el territorio pero sin embargo ha manifestado intenciones de reabrir sus operaciones.